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Channel: Canción para el desvelo
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13010 (Aleph)

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En la playa sabía que no podría trabajar en mi proyecto actual, así que fui insistente y todos los días me la pasé rezando el mantra: “Aquí no escribirás, aquí viniste a descansar”. Pobre imbécil. Todos los días pensé en el libro que dejé a medias, resguardado bajo el Popocatépetl y las orejas de Nico, y a cada oportunidad sacaba el teléfono para dictar líneas, o escribirlas, o anotar el nombre de algún personaje, o los inconvenientes de escribir el cuento de una forma cuando otra puede ser mucho más interesante, una exploración satisfactoria. Aquí no escribirás, me dije otra vez, pero luego en medio del bufet, con el pedazo de hamburguesa en la boca, algún vecino de mesa decía alguna brillantez y los dedos temblaron, de nuevo el celular en mano, otra nota en el diario de todas las cosas. El sosiego lo encontré todos los atardeceres, el sol cayendo a las fauces del mar, un cigarrillo encendido y cientos de suspiros. Es cierto, murmuraba, nadie puede escribir cuando está contento.


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